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Vapear en interiores con un cigarrillo electrónico

Son muchos los usuarios de cigarrillo electrónico que trasladan sus hábitos de vapeo del balcón al salón. Aunque la ausencia de combustión evita los olores persistentes del tabaco, el vapor producido por un e-cigarrillo no está exento de consecuencias para el entorno doméstico. Entonces, ¿cuáles son los riesgos de vapear en interiores?

¿Qué se encuentra en el vapor del cigarrillo electrónico?

La nube que escapa de un vaporizador personal, ya sea un modelo clásico o un puff recargable, no se compone únicamente de vapor de agua. Lo que se inhala y luego se exhala es en realidad un aerosol resultante del calentamiento de una mezcla líquida, cuyos ingredientes varían de una fórmula a otra pero generalmente se basan en una base común:

  • El propilenglicol (PG), un fluido ligero que juega un papel central en el transporte de aromas y la sensación en la garganta al aspirar.
  • La glicerina vegetal (VG), más densa, que permite la producción de grandes volúmenes de vapor.
  • Aromas alimentarios, ya sean de origen natural o sintético, simples o complejos.
  • Aditivos opcionales, presentes en algunos líquidos para reforzar un efecto de frescor, dulzura o textura.
  • La nicotina, dosificada entre 0 y 20 mg/ml, disponible en forma libre o en sales.

Una vez calentada por la resistencia del aparato, esta solución se transforma en aerosol. Invisible cuando se disipa rápidamente, esta nube puede no obstante dejar huellas, en particular debido a la glicerina vegetal, cuya viscosidad favorece la adhesión a las superficies.

¿Cuáles son los efectos de la glicerina vegetal?

La glicerina vegetal es el principal vector de vapor en un e-líquido. Cuanto mayor sea su concentración, más denso, blanco y visualmente satisfactorio será el vapor para el vapeador.

Pero esta consistencia tiene una contrapartida: el VG, de naturaleza grasa, se condensa fácilmente en habitaciones mal ventiladas. No hay de qué preocuparse si dispone de una ventilación mecánica controlada.

Los e-líquidos muy cargados de VG (70 % y más) son así conocidos por producir una neblina capaz de fijarse sobre superficies frías o lisas.

En un entorno cerrado, este vapor se transforma rápidamente en una película grasosa: ventanas, pantallas, muebles lacados, rejillas de ventilación o componentes electrónicos expuestos pueden dar testimonio de ello.

Este fenómeno se acentúa por el uso prolongado de un material de alta potencia, a menudo utilizado con e-líquidos ricos en VG, y por la escasa ventilación de los espacios interiores.

Televisores, ordenadores, tabletas, smartphones… todos estos soportes atraen naturalmente las partículas finas del aire interior. Cuando se vapea regularmente cerca de estos dispositivos, se observa una película invisible al principio, pero que termina por perjudicar la visualización o la reactividad táctil.

Los usuarios habituales reportan la necesidad de limpiar con más frecuencia, especialmente si el vapor se exhala directamente en su dirección. La glicerina vegetal no daña los componentes, pero atrae el polvo y crea depósitos que alteran su funcionamiento a largo plazo.

Los efectos visibles del VG en las ventanas

La condensación del vapor rico en VG sobre las superficies de cristal es un fenómeno recurrente. Este vapor, una vez enfriado al contacto con las ventanas o los parabrisas, se transforma en una fina película grasosa. A diferencia del vaho relacionado con la humedad, éste es persistente y requiere una limpieza con productos desengrasantes.

Este fenómeno se nota especialmente:

  • En los espacios pequeños como los vehículos, donde las ventanas cerradas amplifican la acumulación.
  • Cerca de fuentes de calor, como un radiador o una placa de calentamiento, que favorecen la condensación del VG.

Los comentarios de usuarios en foros especializados mencionan ventanas que se ensucian rápidamente, muebles pegajosos e incluso pelos de animales fijados por la capa grasosa.

Algunos vapeadores mencionan la necesidad de limpiar sus ventanas cada semana, o incluso más frecuentemente dependiendo de la ventilación de su vivienda.

En el habitáculo de un vehículo, las consecuencias pueden ir más allá de lo estético: reducción de la visibilidad, obstrucción del sistema de ventilación y riesgo de sanción si se lleva a un menor a bordo.

¿El vapor colorea las paredes?

A diferencia del humo del cigarrillo tradicional, el vapor del e-cigarrillo no mancha las paredes.

El amarilleo de las superficies murales, frecuente entre los fumadores de tabaco, es provocado por los alquitranes y las partículas sólidas derivadas de la combustión. Estos residuos penetran las pinturas y los papeles pintados, generando a la larga una coloración marrón difícil de eliminar.

El vapor del cigarrillo electrónico no contiene estos subproductos de la combustión. Incluso en presencia de nicotina, no se ha observado ningún depósito visible o alteración del color de las paredes.

Los testimonios de vapeadores confirman esta ausencia de efecto pigmentario sobre las superficies murales, lo cual constituye una de las principales ventajas de vapear en interiores en comparación con el cigarrillo clásico.