flores jardín monocromático
Las flores para obtener un jardín monocromático

Componer un jardín donde domine el verde ofrece una atmósfera única, propicia para la tranquilidad y la armonía. Apostar por flores de floración verde permite jugar con los contrastes de texturas y formas manteniendo al mismo tiempo una paleta cromática unificada. Desde el verde tierno hasta el verde chartreuse, estas plantas singulares animan el espacio sin sobrecargarlo. Para dar vida a esta estética, aquí tienes una selección minuciosa de siete especies imprescindibles. Cada una, con sus características propias, aporta relieve y sofisticación a los arreglos paisajísticos. Te desvelamos estas 7 flores para conseguir un jardín monocromático.

1. El lúpulo, trepadora perfumada y protectora

El lúpulo (Humulus lupulus), perteneciente a la familia de las Cannabaceae, no está reservado solo para los cerveceros. Esta planta vigorosa despliega sus lianas sobre celosías y glorietas, cubriendo las estructuras con su frondoso follaje.

Sus inflorescencias cónicas, de un verde sutil, emanan una fragancia ligera, muy apreciada en primavera. Además actúa como repelente natural contra un ácaro temido por las abejas, reforzando así la biodiversidad del jardín.

Si deseas una nota de color, piensa en plantar en abril tus bulbos de:

  • narcisos
  • tulipanes hortícolas
  • tulipanes botánicos

2. La hortensia paniculada “Little Lime”, destello de verde lima

La hortensia paniculada “Little Lime” (Hydrangea paniculata) es una variedad compacta con racimos florales de un verde intenso que recuerda al lima.

Robusta, alcanza alrededor de 1,20 metros y soporta sin problema temperaturas de hasta -15°C. A medida que avanza la temporada, sus flores evolucionan hacia el blanco y luego al rosa, aportando una dinámica delicada al jardín, todo mientras requiere poco mantenimiento bajo una luz tamizada.

3. La euforbia redondeada, sobriedad y adaptabilidad

Discreta pero prolífica, la euforbia redondeada (Euphorbia peplus) es una anual modesta que no supera los 30 centímetros. Sus inflorescencias verde-amarillentas aparecen desde el mes de mayo y persisten hasta el otoño.

Presente naturalmente en Francia, prospera tanto en suelos arcillosos como en sustratos humíferos, al sol o a la sombra, lo que la hace particularmente versátil para los jardines urbanos y campestres.

4. La alquemila, ornamento ligero para borduras y macizos

La alquemila (Alchemilla mollis), miembro de las Rosaceae, es valorada por su floración espumosa en tonos amarillo-verdes. Con una altura de unos cincuenta centímetros, estructura elegantemente borduras y linderos de macizos, especialmente en compañía de rosales antiguos o peonías opulentas.

Un suelo bien drenado y una exposición solar discreta favorecen una floración densa, de junio a septiembre.

5. La meluca lisa, originalidad venida de Oriente

La meluca lisa (Moluccella laevis), apodada campanillas de Irlanda, atrae la mirada por sus inflorescencias verdes en forma de cálices. Esta anual puede alcanzar entre 70 y 90 centímetros y florece desde el verano hasta el otoño.

Se distingue no solo por su estética singular sino también por su papel activo en la preservación de los polinizadores.

Características principales de la meluca:

Características Detalle
Familia botánica Lamiaceae
Altura media 70 a 90 cm
Período de floración Mitad de verano hasta otoño
Particularidad Inflorescencias en forma de campanillas atractivas para polinizadores

6. El heléboro fétido, perenne para tierras ingratas

El heléboro fétido (Helleborus foetidus), también llamado pie de grifo, se adapta a suelos secos, a menudo pobres. Esta planta rústica, de aproximadamente 50 centímetros, exhibe flores verdes discretas que desprenden un olor característico, poco atractivo para el ser humano pero poco disuasorio para la fauna.

Asegura un cobertor vegetal durante todo el año, incluso en condiciones difíciles.

7. El zinnia “Envy”, resplandor estival duradero

El zinnia elegansEnvy” ofrece flores de un verde chartreuse luminoso entre julio y octubre. Originario de América Latina, se desarrolla a pleno sol, en suelos bien drenados, y requiere poco riego.

Su prolongada floración lo convierte en una opción ideal para dar ritmo a un jardín de un solo color en verano, atrayendo al mismo tiempo una diversidad de insectos polinizadores.