césped prohibido en Francia
Este césped pronto prohibido en Francia

Tener un jardín impecable en cualquier estación, sin riego ni siega, ha atraído durante mucho tiempo a muchos propietarios. Práctico, estético y fácil de mantener, algunas soluciones han permitido limitar las restricciones relacionadas con el mantenimiento de las áreas verdes. Sin embargo, estos arreglos no están exentos de consecuencias. Su impacto en el medio ambiente, la biodiversidad y la gestión de aguas pluviales está generando cada vez más debates. Ante estas preocupaciones crecientes, pronto podrían implementarse restricciones en Francia. Este movimiento, ya observado en varios países europeos, marca un giro en el diseño de jardines y espacios públicos. Te revelamos qué tipo de césped podría ser prohibido en Francia.

Un fenómeno en decadencia

El césped sintético, compuesto de materiales plásticos como el polietileno y el polipropileno, ha sido percibido durante mucho tiempo como una solución ideal para evitar las complicaciones de un jardín natural. El mantenimiento de un césped sintético es sencillo y solo requiere algunas acciones al año.

Sin embargo, su imagen se está degradando rápidamente y su principal defecto radica en su total falta de aporte a la biodiversidad: no alimenta a ningún insecto, no ofrece refugio y no favorece ningún proceso natural del suelo. Esta superficie estéril priva así a los pájaros y otros auxiliares del jardín de recursos valiosos.

Otro problema importante: su capacidad para retener el calor: en pleno verano, un césped artificial puede alcanzar temperaturas superiores a 60°C, haciendo que caminar descalzo sea difícil e incluso peligroso.

Este fenómeno contribuye a acentuar el efecto de las islas de calor urbanas y plantea un problema en un contexto de calentamiento global.

Finalmente, este tipo de revestimiento limita considerablemente la infiltración de aguas pluviales. A diferencia de un césped natural que favorece la absorción del agua, reduciendo así los riesgos de escorrentía, una superficie sintética acelera el flujo hacia los sistemas de drenaje.

Después de un inicio de año marcado por lluvias récord en Francia, muchos expertos están preocupados por el aumento de los riesgos de inundación en las zonas donde estos céspedes se utilizan ampliamente.

¿Hacia una prohibición progresiva?

La hostilidad hacia el césped sintético se intensifica, no solo en Francia sino también en varios países europeos. Una encuesta revela que una cuarta parte de los franceses desea su prohibición, una cifra que refleja una concienciación colectiva.

Esta tendencia no es aislada: otros países muestran tasas de rechazo similares, incluso más altas.

Aquí hay una tabla que recopila todos los países favorables a la prohibición del césped sintético:

País Porcentaje de habitantes favorables a la prohibición
Países Bajos 43 %
Reino Unido 36 %
Alemania 31 %
Austria 30 %
Francia 26 %

En respuesta a estas preocupaciones, algunas municipalidades francesas están considerando prohibir su uso en el diseño de espacios públicos y nuevas construcciones.

En Europa, varias ciudades ya han dado este paso, limitando especialmente la colocación de superficies sintéticas en áreas sensibles a inundaciones.

Alternativas naturales y sostenibles

Reemplazar el césped sintético no significa renunciar a un exterior estético y fácil de mantener. Varias soluciones ofrecen un equilibrio entre la vegetación y el respeto por el medio ambiente:

  • El prado florido: compuesto por una mezcla de gramíneas y flores silvestres, atrae a los polinizadores y requiere poco mantenimiento. Uno o dos cortes al año son suficientes
  • El trébol enano: resistente y con poca necesidad de agua, mantiene un aspecto verde todo el año y enriquece el suelo con nitrógeno, favoreciendo así el crecimiento de otras plantas
  • La dichondra repens: con sus hojas redondeadas y su porte denso, forma un tapiz vegetal estético y suave bajo los pies. Sin embargo, no soporta bien el paso frecuente
  • Los revestimientos mixtos: baldosas alveoladas que permiten el crecimiento del césped, grava estabilizada o terrazas de madera son algunas de las opciones que evitan los inconvenientes del sintético manteniendo un aspecto estético

Mientras la transición ecológica se convierte en una prioridad, estas alternativas se están volviendo cada vez más populares. Su adopción podría acelerar la desaparición progresiva del césped artificial, cuyo futuro parece cada vez más incierto.