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Aunque se valora como fertilizante natural o repelente contra plagas, el poso de café no es un aliado universal en el jardín. Su riqueza en nitrógeno, su acidez y su tendencia a compactar el suelo pueden afectar a ciertas plantas, incluso a aquellas que parecen robustas. La lavanda, el tomillo, el geranio o la orquídea se encuentran entre las que reaccionan mal a este residuo orgánico tan extendido. Al querer hacerlo bien, se puede frenar su crecimiento, perjudicar su floración o provocar enfermedades en las raíces. Aquí están las 15 plantas que debes evitar con el poso de café.
Lavanda: inapropiada para suelos ácidos y húmedos
La lavanda (Lavandula angustifolia) se desarrolla naturalmente en terrenos secos, pedregosos y calcáreos. La incorporación del poso de café modifica las características del suelo al retener la humedad y reducir el pH.
Esto provoca un estrés hídrico y nutricional que altera la floración y vuelve a la planta vulnerable a enfermedades criptogámicas.
En cambio, la asociación poso de café rosal es muy beneficiosa ya que estimula su crecimiento.
Romero: sensible al exceso de nutrientes
El Salvia rosmarinus, originario del Mediterráneo, está acostumbrado a suelos pobres y bien drenados. Un suelo enriquecido con poso de café se vuelve rápidamente demasiado denso, aumentando los riesgos de estancamiento de agua alrededor de las raíces.
Además, una concentración excesiva de nitrógeno tiende a alterar sus propiedades aromáticas.
Tomillo: amante de la roca, no de los residuos húmedos
Planta robusta pero frugal, el tomillo crece naturalmente en terrenos rocosos y soleados. El poso de café, una vez seco, forma una costra que impide la circulación del aire y retiene demasiada humedad.
Estas condiciones obstaculizan la respiración del sistema radicular y ralentizan considerablemente el desarrollo de la planta.
Salvia: hostil al estancamiento de agua
La salvia tolera suelos un poco más ricos que sus primas mediterráneas, pero no soporta la humedad persistente.
El poso, al compactar el suelo, favorece la aparición de hongos patógenos como el mildiu o la roya. Se observa entonces un amarillamiento del follaje y un debilitamiento general de la planta.
Anturio: alterado por la acidificación
Esta planta tropical de interior prefiere un sustrato equilibrado, compuesto de turba, cortezas y fibra de coco. La adición de poso de café modifica el equilibrio del suelo al disminuir el pH de manera excesiva.
Esto afecta la absorción de nutrientes y hace que el anturio sea más sensible al exceso de agua.
Potos: frágil frente a desequilibrios
El potos es conocido por su facilidad de mantenimiento, pero no es invulnerable. El poso de café, al modificar la estructura del sustrato, favorece la compactación y dificulta el drenaje.
Esto resulta en un estancamiento de agua, que puede provocar un amarillamiento generalizado de las hojas.
Orquídeas: asfixiadas por materiales densos
Las orquídeas epífitas como el Phalaenopsis viven en un entorno muy aireado, a menudo suspendidas en su estado natural. El poso de café, demasiado compacto y retentivo, impide la circulación del aire alrededor de las raíces.
Esta asfixia provoca una necrosis de los tejidos y vuelve a la planta más vulnerable a las infecciones.
Geranios: en conflicto con suelos ácidos
Los geranios, y más específicamente los Pelargonium, prosperan en sustratos neutros o ligeramente calcáreos. El poso acidifica el suelo y hace que el entorno radicular sea inadecuado para sus necesidades.
Este desequilibrio provoca una floración irregular, un follaje debilitado y, a veces, la aparición de mosquitos.
Plantas suculentas y cactus: opuestos a los sustratos húmedos
Los cactus y suculentas, como las Echeveria, Crassula o Opuntia, almacenan agua en sus tejidos y no toleran los excesos de humedad.
El café molido actúa como una esponja y dificulta la evacuación del agua. A largo plazo, esto provoca un pudrimiento de las raíces, a menudo irreversible.
Camelias: requisitos engañosos
A pesar de su preferencia por un suelo ácido, las camelias como Camellia japonica requieren una tierra ligera, rica en humus y bien drenada. El uso repetido de poso termina compactando la superficie del suelo e impidiendo que las raíces respiren.
Esto ralentiza el crecimiento y compromete la floración.
Áloe (Aloe vera): propenso al exceso de humedad
El Aloe vera se conforma con un suelo pobre, arenoso y muy drenante. El poso de café aumenta la capacidad de retención de agua, lo que puede llevar a la aparición de moho interno.
Una planta con exceso de riego o mal drenada desarrolla rápidamente necrosis en la base.
Begonias: exposición aumentada a hongos
Las begonias tienen un sistema radicular fino, muy sensible al exceso de humedad y a la falta de aire. El poso, si se utiliza fresco, favorece la aparición de enfermedades criptogámicas como el botritis.
Resultado:
- las hojas se vuelven blandas
- los tallos se ennegrecen
- la planta decae
Tomates: acidez y desequilibrios nutritivos
Los tomates, a menudo cultivados en campo abierto o en maceta, requieren un suelo equilibrado en nutrientes. El uso repetido de poso disminuye el pH y limita la asimilación de calcio.
Esto provoca la aparición de necrosis apical, afectando directamente la calidad de los frutos.
Rábanos: desarrollo radicular afectado
Los rábanos requieren un suelo fino y aireado para permitir el buen desarrollo de su raíz pivotante. El poso, al compactar el suelo, impide este proceso natural.
La planta entonces produce hojas en detrimento del bulbo, o incluso no da nada comestible.
Zanahorias: crecimiento deformado
Al igual que los rábanos, las zanahorias necesitan un suelo suelto y sin obstáculos para formar una raíz recta y uniforme. La adición del poso hace la tierra más densa, lo que perturba su morfogénesis.
Entonces se obtienen raíces bifurcadas, agrietadas o anormalmente cortas, difíciles de usar en la cocina.

Après une carrière dans le commerce, j’ai changé de métier il y a plusieurs années pour devenir rédactrice spécialisée dans la maison. Vous découvrirez sur ce site mes articles liés à l’énergie (pompe à chaleur, poêle, solaire, …), décoration et bricolage.